Durante las últimas semanas se han registrado olas de calor que afectan a diferentes ciudades de Chile, con temperaturas que superan los 30 grados Celsius. Asimismo, están acompañadas con humedad ambiental bajo el 35% a las horas de mayor calor. 

El aumento del calor y la fuerte radiación emitida por el sol, puede provocar problemas aún mayores en personas que se exponen a las altas temperaturas complejas, principalmente durante las jornadas laborales. 

Ante esas condiciones, los pies pueden sufrir las consecuencias: resequedad, agrietamiento del área de los talones y molestias al caminar. Asimismo, pueden generarse ampollas en la piel, irritaciones, el surgimiento de hongos y mal olor.  

En este sentido, es necesario llevar a cabo una rutina de cuidados especiales para protegerlos de cualquier daño que puedan ocasionar las altas temperatura y la exposición a los rayos UV, y en especial usar un calzado adecuado para estas altas temperaturas: cómodos y frescos. 

¿Por qué es importante el cuidado de los pies durante el verano? 

Los pies son el soporte del peso corporal y el mecanismo natural de movilidad. Durante el verano, solemos mantener los pies expuestos, debido a los niveles de temperatura y la necesidad de sentirlos frescos. 

Pero lo que debemos saber, es que la piel de los pies es bastante delicada, por lo que, los talones y las plantas se ven afectadas de forma inmediata si no existen cuidados. 

 Talones secos o agrietados 

Una de las razones por las que es importante el cuidado de los pies en verano está relacionado con evitar los talones secos. Las altas temperaturas y el uso de un calzado no apto para las condiciones climáticas del verano, ocasionan grietas. Una forma de evitarlas es mantener tus pies hidratados,   evitar el agua caliente en los pies y usar la piedra pómez al menos dos veces por semana. 

Hongos 

 Llevar los pies descalzos en áreas como piscinas, playas y zonas húmedas, pueden provocar la aparición de hongos. Estos hongos pueden ocasionar mal olor, picazón, vesículas, manchas, y lo peor, son contagiosos. Para evitarlos lo recomendable es procurar no andar descalzos y usar siempre un buen calzado. Asimismo, después de asistir a la playa, piscinas, baños públicos, debes lavar los pies y secarlos bien. 

Insolación 

La piel que recubre los pies es delgada y más propensa a sentir los efectos de los rayos UV. La insolación causa dolor, ardor, enrojecimiento y dificultades para caminar. Por lo tanto, el uso de protector solar es esencial al igual que la crema hidratante. 

Resequedad 

La resequedad puede manifestarse en el área de los dedos y las uñas, en la planta, los talones y en el área que une la pierna con el pie. Es esencial el uso de cremas hidratantes, la exfoliación de forma regular, además de la ingesta de agua para evitarla. 

Uso de buen calzado como prevención: 

1.  Elige siempre materiales naturales, como el cuero. Es el material que mejor se adapta al pie por su flexibilidad y además permite la transpiración. 
2. Evita materiales acrílicos que pueden producir lesiones abrasivas a nivel dérmico. 
3. Elige un calzado con el cual te sientas cómodo al caminar para evitar heridas y coceduras en tus pies. 

Las sandalias semi abiertas de cuero Capri, o las Alicante de Guante, son ideales para las altas temperatura del pavimento gracias a su planta de PU; son livianas frescas y flexibles. 

Las sandalias cerradas Budapest de cuero, son livianas y te dan el perfecto calce y seguridad con su velcro. Son ideales para llevarlas a donde quieras, úsalas en la ciudad, campo o playa. 

 Mocasines hechos para ti:  

 Un icono del verano son los mocasines y nada mejor que los Ancona de cuero, su planta de caucho resistente,  los hace ideales para un paseo sobre el pavimento caliente de esta temporada. 

Por último, los mocasines de cuero Cannes de Guante, tienen planta blanca de EVA con tecnología G-WALK y un diseño versátil.